Cristo Minnesota
Talla en madera de tilo.
2,40 x 2,20 x 0,40 m
Iglesia Católica Queen of Angels (Austin, Minesota)






















CRISTO CRUCIFICADO MINNESOTA, MEMORIA DE AUTOR
Con la realización de este Cristo comencé a trabajar en la iglesia del convento de Santo Domingo, en Cifuentes, Guadalajara, el pueblo de mi padre.
Antes de seguir con esta memoria creo conveniente decir que coincido con Wittgenstein cuando apuntó: la grandeza o pequeñez de una obra depende del lugar de donde esté quien la hizo.
A mí, un lugar que me inspiraba mucho en su día eran los vagones del metro de Madrid durante los trayectos cotidianos; Por la razón que fuera viajar por un túnel oscuro en un vagón iluminado era el mejor ecosistema para centrarme en un dibujo hecho en una libreta tamaño cuartilla. Algo parecido me ocurría en una garita con cristalera donde trabajé de portero en un edificio de empresas. Allí estaba doce horas diarias, las vistas eran muy feas y esa sensación de cerramiento era ideal para que la imaginación y deseos de dibujar se disparasen sobremanera. Se mezclaban y alternaban la necesidad de sobrevivir al tedio y la sensación de estar en una cabaña o una celda para pensar y desde la que partir y viajar mentalmente. En Alcobendas tuve un estudio que era como la celda de un monje, salía y veía en el horizonte, desde un plano elevado, la ciudad de Madrid, unas vistas preciosas, en este lugar rodé el video INVENIO. Cuando entraba y la puerta se cerraba comenzaba lo que narro en este video y más cosas que son ya muy difíciles o imposibles de explicar o de las que no conviene hablar. En otras ocasiones he trabajado en talleres que no me han resultado demasiado inspiradores y me costaba centrarme. También he trabajado al aire libre como cuando hice la Virgen del Abrazo o como cuando remataba unos relieves en la fachada de la Catedral de Madrid. Allí esperaba al atardecer, cuando la luz los bañaba de refilón, la luz más chivata del día. En esa ocasión toda la Plaza de la Armería fué mi estudio, me alejaba hasta la reja del Palacio de Oriente, valoraba dónde había que modificar algo y corriendo subía por los andamios para intervenir y volvía de nuevo rápidamente a bajar. Pero creo que nunca había tenido un lugar de trabajo tan propicio, bonito e inesperado como este de Santo Domingo en Cifuentes.
Este fantástico lugar fué desamortizado con Mendizabal (1836), el edificio quedó en ruinas, fue bombardeado durante la guerra, en la parte del claustro se ubicaron las celdas de una cárcel y finalmente fue reconstruido para usos municipales en los años setenta. Desde la nave del templo se accede a unas galerías subterráneas de época medieval que acaban en una zona inundada de agua y que en su día comunicaban la iglesia con otros lugares. A este lugar lo llamo el Inframundo, a la nave, con su cúpula con linterna, lo llamo el templo, y al coro, que recibe la luz natural a través de sus vidrieras y es el lugar donde estoy trabajando ahora, lo llamo el mundo celeste. Desde allí arriba se accede al claustro, la cabaña. Todo un universo dentro de un mismo edificio que es verdaderamente armonioso, sencillo y amplio, sin elementos ornamentales fuera de los arquitectónicos.
Antes trabajaba en Madrid, en el estudio antes mencionado en Alcobendas, cuando vimos lo que podía venir y de hecho llegó con la pandemia nos trasladamos aquí, a la Alcarria, la tierra de los antepasados de mi esposa y míos.
Primero, situé mi lugar de trabajo en una nave agrícola en Masegoso de Tajuña. En esta nave entró un gran tronco de cedro y salió la Virgen de La soledad del County Hall of London.
Después de acabar esta obra debía retomar el Cristo del que voy a hablar ahora y que ya había comenzado en los talleres Dorrego, en Arganda del Rey, Madrid.
Un Cristo para la preciosa iglesia Queen Of Angels de Austin, Minnesota, encargado por el Padre Raúl, un hombre valiente.
Un día, tumbado, pensaba algo inquieto dónde podría encontrar un lugar preciso para hacer esta obra teniendo en cuenta el comentario de Wittgenstein al que he hecho referencia.
De improviso vino a mi mente este lugar en Cifuentes, al que había entrado una vez o dos en mi vida y muy de paso, era un lugar ideal para hacer este Cristo, con el ábside y el crucero elevados con respecto a la nave. Ofrecí la posibilidad de mostrar mi trabajo abierto al público, el proceso como obra.
Durante el proceso han pasado por este lugar y nos hemos conocido, personas de lo más variadas, curiosos, turistas, artistas.. Algunos vinieron cuando visitaban el pueblo que es precioso, otros venían exprofeso.
También vinieron por turnos todos los escolares desde los tres a los dieciocho años de Cifuentes y alrededores. El periódico La Nueva Alcarria hizo un precioso reportaje a toda página, Castilla la Mancha Televisión ha venido en tres ocasiones, para el telediario y otros dos programas de esta cadena. También se acercó hasta Cifuentes un equipo de la Dos de Televisión Española para hacer un reportaje sobre esta obra.
Así que, de aquella preciosa e inesperada idea de aquel día que estaba tumbado con algo de desazón ha resultado que Cristo Crucificado, imponente, manso, tranquilo y amoroso había vuelto de manera inesperada, o mejor dicho estaba emergiendo de manera inesperada en el lugar del que fue sacado en 1836. El novio había vuelto.
La cruz es el lecho de amor donde nos ha desposado el Señor. En esta obra Cristo se muestra a sí mismo, en paz, el sufrimiento ya es sublimado, tiene un oído al aire, a la vista, para que el que lo contemple pueda sentir que el Señor presta oído a sus súplicas.
Una vez finalizado el Cristo partió a EEUU en avión, allí fué recibido con un cariño y alegría como pocas veces he visto, por un pueblo verdaderamente generoso e ilusionado con hacer cosas a lo grande, como es el pueblo americano.
Llegó el Cristo embalado, como en un ataúd, justo antes de las celebraciones del triduo pascual, y fue cubierto por un delicado paño que desde ese momento se utilizará para cubrir los ataúdes de los que celebren su misa funeral en este templo.
Una vez colocado en el ábside parecía que llevase allí toda la vida encajando muy armoniosamente en las proporciones del templo. El día de la bendición después de cenar bajamos todos, con los niños, al refugio nuclear construido en la época de la guerra fría en los sótanos la iglesia, porque hacia allí se dirigía un tornado que para bien nuestro aunque desgracia para un poblado cercano, desvió su trayectoria.
Durante los días del proceso de colocación fue conmovedor conocer a personas que desde el primer momento nos acogieron como hermanos, creo siempre permanecerán en mi corazón.